Persisten los controles, cambian las prácticas policiales
Distintos activistas hablan sobre la persistencia de los controles por perfil racial en varias ciudades del Estado español.
Diego Sanz Paratcha. Redacción web
especial de Global
Las llamadas redadas racistas también son distintas según la ciudad o
región. Activistas de diferentes ciudades que conocen de cerca esta
política coinciden, con matices, en que
los controles por perfil
racial se han mantenido después de que en mayo se publicara la circular
de la Dirección General de Policía. Este es el cuestionario que han contestado:
1. ¿Cuál es la realidad de los controles por perfil racial en vuestra ciudad o región?
2. ¿Ha habido cambios tras la circular de la DGP en la que se prohibían las redadas racistas?
3.
¿A lo largo de los últimos años, cómo ha sido la evolución de este tipo
de redadas? ¿Se han observado cambios en las tácticas policiales,
lugares de control, población afectada, etc?
“No ha habido ningún cambio a mejor”
Carlos Serrano.
Oficina de Derechos Sociales de Sevilla
1. Los controles continúan, no han sufrido ningún
cambio a mejor. Siguen en las estaciones de autobús, en algunas de ellas
a diario. Se hacen en los comedores sociales de la plaza del Pumarejo y
en el centro vecinal Pumarejo [sede de la ODS de Sevilla y de otros
grupos de esta zona céntrica], cuando acuden a las clases de español o
transitan por la plaza. En el albergue de transeúntes y sus alrededores
se producen controles a diario.
En las plazas, en los locutorios y comercios es muy habitual el acoso policial.
También en los mercadillos donde hay venta ambulante, como en el Charco
de la Pava [zona de venta ambulante] o en el centro comercial Nervión.
Aquí se han producido muchos detenidos con el top manta y se llevan a
cabo juicios por agresiones policiales. Las redadas mas gordas se
producen en locales de alterne y en las discotecas.
2. No no habido cambio alguno, o al menos no lo hemos notado.
3. La evolución ha sido a peor, ya que las
administración ejerce una violencia institucional mas organizada contra
las personas sin papeles y la inmigración: acoso y derribo de sus
negocios, controles en los barrios. También con el tiempo han ido
aumentando los lugares por donde se controla la población, ya que
la pobreza en Sevilla ha aumentado y se nota mas control para evitar imágenes incómodas en la ciudad.
El Ayuntamiento no reconoce las practicas y la policía constantemente
recibe quejas de la ciudadanía por malos tratos y abusos policial.
“La policía sigue usando el perfil racial en su trabajo”
Elena (Red de Apoyo a Sin Papeles de Aragón)
1. Los controles siguen produciéndose y siguen siendo por procedencia, color y raza.
2. Sí,
han disminuido claramente
desde entonces. Pero el que haya menos redadas en busca de sin papeles
basadas en perfiles raciales no significa que la presión policial y la
agresión sistemática que ello conlleva no se continúe basando en
perfiles raciales. Aunque no haya redadas, los perfiles raciales se
siguen usando por la policía en su práctica laboral.
3. Las redadas raciales/racistas tal vez
tuvieron su máximo apogeo entre los años 2010 y 2011,
cuando éstas eran en Zaragoza más que frecuentes, cotidianas. Los
lugares eran los de paso de las personas migrantes sin papeles: barrios
con alto número de migrantes, nodos de transporte público (estaciones
principalmente), cercanías de los servicios sociales que frecuentaban
como centros de formación o recursos asistenciales. En la actualidad
estas prácticas se han reducido. Las tácticas cambian, como cambia el
Gobierno o la situación.
“Los controles son tanto planificados como aleatorios”
Beatriz Villahizan, Sos Racismo Navarra
1. En Pamplona existen puntos calientes en los que
de manera mas o menos sistemática se dan controles:
estación de autobuses, estación de RENFE, inmediaciones de locutorios y
despachos de abogados especializadas en Extranjería, etc. Se hacen de
forma aleatoria, como cuando desde el coche policial, los agentes pasan
al lado de una o varias personas y se detienen a pedir la documentación,
o planificada, tanto con furgonetas o coches patrulla, o de forma
invisible: policías de paisano de la Brigada de Extranjería en la calle o
en establecimientos regentados por población migrante.
En ocasiones no se limitan a pedir la documentación, sino que se realizan cacheos,
hay testimonios de agresiones físicas y verbales y uso sistemático de lenguaje abiertamente racista y en general malos modos.
2. La verdad es que
en Pamplona no hemos detectado "grandes redadas",
aunque sí controles puntuales de extranjería (como insisten los propios
agentes en denominarlos). En éstos suele haber un coche patrulla, en
ocasiones un furgón policial y una o dos parejas de agentes uniformados.
Todas las personas que pasan por ese control y tienen aspecto de ser
extranjeras son paradas e identificadas y/o detenidas. Podemos decir que
no hemos notado una disminución de este tipo de controles. Y de hecho
en la ocasiones en que nos hemos acercado a preguntar a los agentes qué
ocurría, o pedirles alguna explicación, insisten en la legalidad de los
controles de extranjería y se muestran ajenos a la normativa y a las
denuncias.
3. Hemos observado un aumento de los controles formales, (los que mencionamos en el anterior punto) y
un aumento progresivo de las peticiones de documentación en los puntos calientes,
y sobre todo un aumento de los expedientes de expulsión abiertos y
peticiones de internamiento en el Centro de Internamiento de Extranjeros
(CIE) de Aluche. En general, aumento en el control e identificación y
empeoramiento de las consecuencias para la población en situación
irregular.
Desde Terrassa (Barcelona), Badara cuenta que “ahora está tranquilo”.
Las últimas redadas fueron en verano, explica por teléfono este vecino
procedente de Senegal y miembro por muchos años de la Oficina de
Derechos Sociales del
Ateneu Candela, un centro social de esta localidad de la periferia de Barcelona. “Pero eso ha pasado más veces:
las redadas van y vienen, de repente aflojan porque hay protestas y luego hacen una pausa. Pero yo creo que no van a acabar nunca”, asegura, escéptico.
Coincide en parte Assmalick, para quien “hace unos dos meses” que la Policía Nacional ha bajado la presión:
“antes era todos los días, y ahora ya no. Pero siguen pidiendo los papeles en la estación de tren”.
Assmalick, que lleva más de tres años viviendo en Terrassa y
recientemente ha conseguido su tarjeta de residencia, da otra pista de
uno de los posibles motivos de la menor presión policial: “mucha gente
que no tiene papeles se ha ido por miedo a otros pueblos más pequeños
por miedo. Allí no hay Policía Nacional”. Hace apenas tres años,
la Asociación de sin Papeles y la ODS denunciaron las visitas de la policía a los domicilios de los sin papeles
para entregarles citaciones en comisaría, en un operativo que
forzosamente tenía que haber contado con el acceso al padrón del
Ayuntamiento dirigido por el también secretario de los socialistas
catalanes, Pere Navarro.
Para Andrés, abogado que participa en
Barcelona en el grupo Reçerca i Acció sobre Fronteres i Control,
las redadas en esta ciudad pueden ser ahora más invisibles, pero ahí siguen:
"No son los macrodispositivos que había antes, pero se sigue deteniendo
a personas que no tienen antecedentes policiales y se las sigue
encerrando